jueves, 6 de agosto de 2020

Poncho

Poncho Cabeza de Ovillo


No había escrito antes sobre esta obra porque es sencilla de interpretar, no encontraba la forma de contar algo más, no me había llegado la inspiración para poder explicar de una manera más 'bonita' lo que quería decir, pero de pronto pasan cosas que me dan la luz que me faltaba.



Todo lo hizo su mamá

Hace un par de semanas hicimos una visita guiada, era un grupo en el que también iban niños y, después de un buen rato, ya bien adelantada la visita, uno de los niños dijo sorprendido: "Todo lo hizo su mamá". Tuve que aguantar para no reírme, aunque ahora la mascarilla ayuda mucho a disimular las expresiones, y es que claro, las madres están presentes durante todo el recorrido, porque de eso se trata Hilos de la Memoria.

En este proyecto sobre todo hablo de mi madre, pero también de la de Ana del Burgo, de la misma Ana que es madre, o de otras madres, las de toda una generación, de madres y de abuelas.



Esta es la historia

Mi madre, sin tener que trabajar, estando retirada en Valdemorillo, con los fríos inviernos, sin más familia ni amistades cercanas, ni mucho más que hacer, sino alguna cosa en la casa y ver la televisión, tuvo la excusa perfecta para refugiarse en el ganchillo, como entretenimiento y para seguir con su creatividad.
Llegó un momento en el que había tejido tantos jerseys que se lo hice ver, le dije: 'Mamá, ya no te caben más sueters en el closet, son bonitos pero ¿hasta cuando vas a tejer sueters que muchos ni te los has puesto nunca?" así que se lo pensó y, cuando acabó el jersey que estaba terminando,  decidió que, para cambiar, se iba a tejer un poncho.

Como ella guardaba las etiquetas de todas las lanas que iba usando, con una hebra de muestra atada, tenía una buena colección de colores donde seleccionar (hay una obra dedicada a esa costumbre que se puede ver en https://elblogderennyzam.blogspot.com/2020/05/gavetas.html), escogió los colores que quería combinar, y nos fuimos al pueblo, a comprar los ovillos que ella calculó iba a necesitar, eran como cuatro veces más que los necesarios para hacer un jersey, porque el poncho iba a ser muy grande y el punto que había escogido muy cerrado.
Decía, y es así, que los ovillos para una labor hay que comprarlos todos a la vez, asegurándose que son todos de un mismo lote, de esa manera el tono de todo el hilo de la labor será el mismo de principio a fin, porque es frecuente que si te falta hilo, cuando vuelves por más, aunque parezca que el color es el mismo, muy probablemente el tono sea diferente.

En la Mercería Varea se puso a hablar con Pili, como siempre, porque aprovechaba las pocas oportunidades que salía de casa para charlar, para hablar de sus achaques, eso lo primero, pero también de Venezuela, de Canarias, de sus hijos y de sus nietos; Pili la escuchaba con mucha paciencia y se reía con ella, yo apuraba a mi madre si llegaban clientas a la tienda, para que no tuvieran que esperar.

Compró un montón de ovillos, los colores que había escogido eran cinco en tonos pálidos o muy claros: blanco, rosa, crema, amarillo (su color favorito), y verde; para crear el contraste que buscaba escogió dos colores fuertes, un granate (lo que en Venezuela llamamos vinotinto) y un azul muy oscuro.  De ese último color es el ovillo que he colocado para 'habitar' en la media cabeza de vidrio que acompaña al poncho.



Mi Mamá Me Lo Teje Todo

Pero fue ayer por la tarde cuando vi en Facebook un vídeo, que pudiera ser el temazo oficial humorístico de esta exposición, se llama "Mi Mamá Me Lo Teje Todo" me pareció muy divertido y, combinado con el recuerdo de la expresión del niño de la visita 'todo lo hizo su mamá', sentí que era justamente lo que quería contar, ese afán, algo irracional, de mi madre por querer tejer absolutamente todo, es como un impulso superior que se apodera de las tejedoras y que no pueden parar (de esto también hablé en otra obra que pueden ver en https://elblogderennyzam.blogspot.com/2020/06/la-montana-de-la-felicidad.html).

Aquí les dejo el enlace del vídeo para que lo vean y se rían un poco
https://www.youtube.com/playlist?list=PLAO5vzK5DQffv0X9fktbeXVO4gwYRe6LJ 
Lo interpretan Lino y Lana, para un popular programa de la televisión chilena llamado 31 minutos.



La canción tarda en arrancar, pero luego es socarrona, la mamá no sale muy bien parada de lo que cuentan los niños, pero lo entiendo todo en clave de buen humor, y con esa aptitud he visto el vídeo y he cantado la canción un montón de veces, me he sentido identificado con parte de lo que dice la letra:

Primero fue una simple calceta
Para abrigar mi entumido pie
Era de lana, de hermoso violeta
Con gran esmero, tejida a croché
Después mamá tejió otra calceta
Porque de frío crujía el otro pie
Quedó más larga, pero más estrecha
No era violeta, sino que café
Desde aquel momento, nunca más paró
Sentada frente a la tele. Tejió, tejió y tejió

Mi mamá me lo teje todo
Mi mamá me lo teje mal

Me hizo una larga bufanda
En la que todos tropiezan
Y un gorro que me revienta la cabeza
Me hizo un guante taquillero
Que ahora uso de sombrero
Porque la loca le puso seis dedos.

Mi mamá me lo teje todo
Mi mamá me lo teje mal

Después me hizo una mochila que se abre por debajo
Y los cuadernos se me van al carajo
Luego me hizo un chaleco con mangas hasta el codo
Y Frankenstein me pusieron de apodo

Mi mamaaaaaaá. Mi mamaaaaaaaá

"¡Por favor para mamá!"
Le dije antes de explotar
Y ella me miró con incredulidad
Me dijo: "Hijo, ¡ya está!
No tienes por qué gritar
Te tejo cosas porque te quiero tanto
Y te aaamo, y te aaamo
Como el palillo ama a la lana
Y te aaamo, y te aaamo
Si no te gusta, le tejo a tu hermana"
(NOOOOO!!)

Mi mamá me lo teje todo
Mi mamá me lo teje mal
Mi mamamamamamamamá
Mi mamamamá

Espero que a ustedes también les guste.


En Hilos de la Memoria


El poncho resultante es una pieza grande y relativamente pesada, así que tampoco lo uso mi madre, se lo puso muchas veces para probarlo mientras lo tejía y claro, cuando finalmente lo terminó para vérselo y mostrármelo, pero al ser tan pesado no era cómodo para usarlo una señora de ya 80 años.


El enorme poncho lo convertí, para Hilos de la Memoria, en el tapiz Poncho Cabeza de Ovillo y está colgado como se ve en las fotos.


La ubicación en la exposición en Valdemorillo es la que se ve en el plano, en la zona marcada con verde.


Acompaña al poncho, ahora tapiz, media cabeza de vidrio transparente fusionado y termofundido, que en la concavidad entre el vidrio y el tejido tiene un ovillo ocupando ese espacio, simbolizando la cabeza de una tejedora que está conectada con su labor y pensando en lo que está tejiendo y en lo próximo que va a tejer.



Esto sigue


Y queremos que continúes con nosotros. Si puedes desplazarte para una visita en persona, te recuerdo que la exposición sigue abierta, hasta el 28 de agosto, que será el último día para visitas, les invito a aprovechar que se han ampliado mucho los horarios este último mes.
Estaremos encantados de recibirles, porque las obras y nosotros estamos deseando contar historias y de escuchar las vuestras.

La sala cuenta con las medidas sanitarias reglamentarias por el COVID, se puede ir sin cita en los horarios indicados en el cartel pero para las visitas guiadas hay que pedir cita previa en el número de teléfono 91 897 76 15 o escribiendo a la dirección de correo electrónico cultura@aytovaldemorillo.com.




Si ya has venido a verla y te quieres mantener al tanto de nuestra publicaciones, o estás lejos y no puedes venir hasta Valdemorillo, es muy fácil seguirnos.

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Lo más emocionante de todo este proceso es cuando los visitantes, en vivo o virtuales, nos cuentan sus propias memorias.

Hasta luego y ser felices,

Reinaldo Zamora Pérez