domingo, 19 de julio de 2020

El Piñonero Azul

¿Un pino piñonero azul? Parece increíble, pero es verdad, aquí está, con sus piñas azules. Deja volar la imaginación y lee la historia.

En la imagen les muestro a 'El Piñonero Azul', una instalación que incluye a un atrapasueños (hecho con ganchillo, junco y fibras), un bol y baldosas de vidrio, y piñas de pino piñonero.



Las piñas como inspiración

En el arte, las piñas de los pinos, tienen una enorme tradición como motivo de inspiración, se ha utilizado en todas las artes a lo largo de la historia y mi madre, no podía ser menos, es un motivo que tejió muchas veces.

Entre todas las piezas tejidas al ganchillo que dejó mi madre estaba el paño azul de la foto, me gusta mucho y por eso quería hacer algo especial, por su color, tamaño y los motivos de piña . Mide unos 53 cms de diámetro, tiene 12 piñas, 6 más grandes y 6 más pequeñas, tejidas con diferentes puntos de ganchillo. Se puede interpretar que hay otras 18 piñas tejidas en el paño pero que no son de piñas abombadas, como las del pino piñonero, sino que son piñas alargadas, como de pino resinero. Las piñas del piñonero tienen las puntas del cono hacia el borde del paño, mientras que las piñas de resinero tienen la punta del cono dirigidas al centro del paño, agrupadas en 4 grupos de tres piñas cada uno..


Anécdota

Aprovechando ese estupendo paño quería desarrollar una idea basada en una anécdota con las piñas que mi madre tejía en los paños de ganchillo.
Cuando era pequeño, jugaba al lado de mi madre, mientras ella trabajaba o hacía labores, siempre he sido muy observador y a veces detenía mis juegos para mirar lo que ella estaba haciendo, recuerdo que en aquella oportunidad me fijé en la figura que tejía en un paño de croché, me parecía bonita y le pregunté que qué era, ella me contestó que era 'una piña'. Hasta ese momento solamente conocía como piña a la fruta tropical, me quedé pensando que las de los tejidos eran unas piñas muy raras porque no se parecían en nada a la fruta. Esa idea me rondó por años en la cabeza, porque cada vez volvía a tejer paños con ese motivo, las piñas.
Vivíamos en un piso en Caracas, no había pinos, al menos no les recuerdo, el que se ponía en Navidad si acaso, y no tenía piñas. No fue hasta mi adolescencia, en 1976, la primera vez que salí de Venezuela en viaje a Canarias, que caí en cuenta de las piñas de los pinos, fue en un paseo a un parque llamado 'Las Raíces', había muchos pinos, de la especie canaria, y cogí mi primera piña en la mano, pregunté que era y me dijeron 'una piña', por fin caí en cuenta y las relacioné con las figuras de aquellos pañitos que mi madre tejió con tanta frecuencia.
Con el tiempo conocí las especies coníferas tropicales que hay en Venezuela, como el pino caribe, y claro al mudarme a la sierra de Madrid, muchas otras variedades que son muy comunes aquí.



En 'Hilos de la Memoria'

Para seguir la visita guiada por 'Hilos de la Memoria' me falta una foto para mostrar más claramente la ubicación en la sala de 'El Piñonero Azul', está después de las 'Gavetas', a mano derecha, en la primera puerta del horno, pero a falta de esa foto de ubicación les comparto esta otra foto de la inauguración, la obra es la que está a mi espalda (soy el calvo), a la derecha de las banderas. 

Durante la inauguración de 'Hilos de la Memoria', de izquierda a derecha Eva Ruiz - Concejal de Cultura, Pámela Spratz - Técnico de Cultura, Santiago Villena - Alcalde, yo y Ana Del Burgo.

La zona verde indica donde está ubicado 'El piñonero azul'


Atrapasueños

Si no sabes lo que es un atrapasueños aquí lo explico rápidamente. Es un objeto hecho a mano, cuya base es un aro fabricado tradicionalmente con madera, con una red en su interior y decorado con diversos elementos.
La tradición de los Ojibwa americanos dice que su función es filtrar los sueños, dejando pasar solo los buenos; los sueños que no se recuerdan es porque se han bajado por lo que cuelga del aro, que usualmente son plumas. Las pesadillas se quedan atrapadas en la red y se queman con la luz del sol al amanecer para que no se cumplan.
Generalmente se cuelgan con un hilo del techo, encima de la cama.
Para nosotros es mucho más que todo eso, es un objeto de arte.

Hablé del proyecto con Ana, esta idea surgió, cuando ya teníamos avanzadas el resto de las ideas para las obras de la exposición y ya estábamos con el tiempo justo, pero Ana vio claramente las posibilidades y que podía hacer un estupendo atrapasueños con ese paño, desde luego sería uno grande, probablemente el más grande que habría realizado hasta los momentos. Se puso manos a la obra a darle forma al junco, para poder armar y montar al atrapasueños.



Luego de seco el junco y ya con la forma de circunferencia, Ana cosió para montar el paño, uniéndolo con el marco.



Piñonero Azul

Mientras Ana montaba el atrapasueños yo continuaba dándole vueltas a la cabeza, pensando en como completar la obra, donde ubicarla, que nombre darle, etc.
Era evidente que el atrapasueños tendría que estar colgado y me lo imaginé como un pino, alto como un pino que se dice, un pino piñonero y azul, así surgió el nombre de la obra 'El Piñonero Azul'.
Las piñas caen de los pinos por lo que para hacer la fantasía más real decidí poner piñas azules debajo del atrapasueños. Me puse a recoger piñas, un montón de piñas, que cuando las tienes en el taller parecen muchísimas pero cuando las llevas a la sala de exposiciones siempre parecen pocas.


No tuve que ir muy lejos para recoger las piñas porque tengo ese estupendo ejemplar de pino piñonero en el patio y coincidió las fechas de preparación de la obra con la época en que caen las piñas.

Antes de pintarlas les hice hice un proceso para quitar la resina y acelerar el proceso de secado de las piñas.

Piñas recién recogidas.

Las piñas en remojo con agua caliente y vinagre para eliminar la resina.
Después las piñas las calenté al horno para quitarles la humedad, una vez secas me puse a pintarlas.

Piñas durante el proceso de pintura

Nunca es suficiente

Cuando me pongo con un tema sigo dándole vueltas hasta no estar completamente satisfecho y no me parecía suficiente, no creía que estuviera plasmando todo lo que quería expresar solamente con el atrapasueños y las piñas azules.
Me faltaba el vidrio, me puse a buscar trozos, me decidí por dibujar y pintar piñas, para hacer como unas baldosas, con el dibujo tomado del mismo paño y, ya con las piñas esmaltadas por mi en vidrio, con todo eso, integrarlo en la composición.


Las baldosas esmaltadas con piñas recién salidas del horno

Quería que todo el conjunto de la instalación 'El Piñonero Azul' luciera como una obra compacta, que se entendiera como una única obra, aunque estuviera elaborada con un montón de piezas separadas, así que le hablé a Ana de la posibilidad de poner flecos que colgaran de la parte de abajo del atrapasueños, que llegaran casi hasta el suelo, me dijo que si y se puso a ello, con algodón crudo y rafia azul. me dijo que si le podía llevar algunas escamas de piña para atarlas a los flecos, de inmediato salí al jardín a recolectar escamas de piña de los alrededores de nuestro piñonero.



Es increíble como las piñas se mantienen unidas, incluso al caer del árbol, casi siempre desde una altura considerable, y aún así la mayoría de las veces la piña se mantiene intacta, sin perder ni una escama, aún cayendo sobre superficies duras. Pero en algunos casos si se desprenden y reuní unas cuantas escamas, que también las pinté de azul para dárselas a Ana y que las uniera a los flecos.


Bol


Quería un contenedor para las piñas y, no se porqué, pero inicialmente asociaba las piñas con un cartón de huevos, supongo que es porque las piñas tienen forma parcialmente ovoide, por lo cual había pensado hacer un termoformado en vidrio con la forma del cartón de huevos y en lugar de huevos quería poner piñas naturales, Pero finalmente opté por hacer un bol, me pareció estéticamente más limpio, también circular como el atrapasueños, en tonos azules diluidos, como si la resina azul del pino pringara y se escurriera por las paredes del vidrio.


En la foto no se distingue pero la superficie del vidrio, por el lado de abajo, tiene una textura imitando las escamas de la piña.

Satisfacción por el trabajo bien hecho

Con esto por fin estaba contento, creía que por fin había cerrado el círculo y tenía la obra que quería, pero claro todo estaba en mi cabeza, faltaba ver como quedaría todo el conjunto instalado en la sala.
No puedo estar más contento de como quedó, incluso mejor de lo que me había imaginado.
Para instalar otras obras de la exposición me tuve que subir a una pasarela que pasa por encima de la sala y como eso ocurrió cuando el piñonero ya estaba instalado aproveche de tomar la siguiente foto, una pena que no haya acceso al público a la pasarela (es complicado llegar allí) porque da una visión totalmente diferente, por eso me encanta compartir esta foto que proporciona un ángulo que nadie más ha visto, a mi me parece que es el mejor que se puede tener para apreciar esta obra.


También me gusta mucho como quedó la zona del suelo. Sobre una peana plana blanca está el bol, con una sola piña dentro, rodeado de las baldosas de vidrio con el dibujo de las piñas, a manera de un mosaico, y las piñas naturales, pintadas en el tono azul del paño, colocadas a diferentes niveles aprovechando el empedrado y los escalones de los ladrillos antiguos del horno. Todo simbolizando que el paño es el pino del que han caído las piñas.


Con todas las fotos que he compartido en esta publicación y algunas más he montado un vídeo que se puede ver en mi canal de YouTube, aquí les dejo el enlace del vídeo https://youtu.be/nuk69nEEzqk

Hacer Piña


Al empezar la crisis del coronavirus, escuché varias veces la expresión 'Hacer piña' y , ya lo comenté antes, se refiere a esa maravillosa forma natural de las piñas, que a pesar de estar formada por un montón de piezas, cada una diferente, tiene la facultad de que siempre se mantienen unidas, como una sola. Pues esa piña que se pedía para ayudar a superar esta crisis, al menos aquí en España, saltó por los aires, cada escama cayó por su lado, así seguimos y no parece que haya forma de recomponerse.

En esos días del principio de la crisis, cuando unos cuantos soñadores creían que el mundo sería mejor y que todos y cada uno de nosotros volveríamos a la calle convertidos en personas ejemplares de los pies a la cabeza, la psicóloga italiana Francesca Morelli publicó el siguiente texto, justamente pidiendo hacer piña, se hizo viral en las redes sociales y se los transcribo a continuación, porque me gusto mucho cuando lo leí y lo guardé para compartilo en este momento.
https://www.facebook.com/IlBlogDellaPsicologa/posts/2490728477923163?__tn__=K-R

'La Piña' - acrílico sobre lienzo de la serie 'Puntadas sin Hilo'


“Creo que el universo tiene su manera de devolver el equilibro a las cosas según sus propias leyes, cuando estas se ven alteradas. Los tiempos que estamos viviendo, llenos de paradojas, dan que pensar...

En una era en la que el cambio climático está llegando a niveles preocupantes por los desastres naturales que se están sucediendo, a China en primer lugar y a otros tantos países a continuación, se les obliga al bloqueo; la economía se colapsa, pero la contaminación baja de manera considerable. La calidad del aire que respiramos mejora, usamos mascarillas, pero no obstante seguimos respirando...

En un momento histórico en el que ciertas políticas e ideologías discriminatorias, con fuertes reclamos a un pasado vergonzoso, están resurgiendo en todo el mundo, aparece un virus que nos hace experimentar que, en un cerrar de ojos, podemos convertirnos en los discriminados, aquéllos a los que no se les permite cruzar la frontera, aquéllos que transmiten enfermedades. Aún no teniendo ninguna culpa, aún siendo de raza blanca, occidentales y con todo tipo de lujos económicos a nuestro alcance.

En una sociedad que se basa en la productividad y el consumo, en la que todos corremos 14 horas al día persiguiendo no se sabe muy bien qué, sin descanso, sin pausa, de repente se nos impone un parón forzado. Quietecitos, en casa, día tras día. A contar las horas de un tiempo al que le hemos perdido el valor, si acaso éste no se mide en retribución de algún tipo o en dinero. ¿Acaso sabemos todavía cómo usar nuestro tiempo sin un fin específico?

En una época en la que la crianza de los hijos, por razones mayores, se delega a menudo a otras figuras e instituciones, el Coronavirus obliga a cerrar escuelas y nos fuerza a buscar soluciones alternativas, a volver a poner a papá y mamá junto a los propios hijos. Nos obliga a volver a ser familia.

En una dimensión en la que las relaciones interpersonales, la comunicación, la socialización, se realiza en el (no) espacio virtual, de las redes sociales, dándonos la falsa ilusión de cercanía, este virus nos quita la verdadera cercanía, la real: que nadie se toque, se bese, se abrace, todo se debe de hacer a distancia, en la frialdad de la ausencia de contacto. ¿Cuánto hemos dado por descontado estos gestos y su significado?

En una fase social en la que pensar en uno mismo se ha vuelto la norma, este virus nos manda un mensaje claro: la única manera de salir de esta es hacer piña, hacer resurgir en nosotros el sentimiento de ayuda al prójimo, de pertenencia a un colectivo, de ser parte de algo mayor sobre lo que ser responsables y que ello a su vez se responsabilice para con nosotros. La corresponsabilidad: sentir que de tus acciones depende la suerte de los que te rodean, y que tú dependes de ellos.

Dejemos de buscar culpables o de preguntarnos porqué ha pasado esto, y empecemos a pensar en qué podemos aprender de todos ello. Todos tenemos mucho sobre lo que reflexionar y esforzarnos. Con el universo y sus leyes parece que la humanidad ya esté bastante en deuda y que nos lo esté viniendo a explicar esta epidemia, a un alto precio."



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Fantasía, fantasía y más fantasía, que no falte por favor, pon a funcionar la imaginación en todo lo que hagas.

Hasta luego y ser felices,

Reinaldo Zamora Pérez

2 comentarios:

  1. Me encanta el piñonero azul, naturaleza, color y fantasía en una simbiosis y en una metáfora de reflexión de un posible, necesario y deseable mundo diferente y por supuesto mejor.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Paco. Si, un mundo diferente y mejor sería bueno y necesario, pero está complicado. Un saludo

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